San Pablo surge a la sombra del antiguo convento de carmelitas descalzas. A unos 500 metros del monasterio aparecen restos medievales. Se conservan restos de una antigua torre mudéjar construida enteramente en ladrillo.
Continuamos hacia Madrid, por la N-VI, justo antes de concluir el itinerario por la provincia de Valladolid, se encuentra el desvío hacia un pueblo escondido tras una pequeña loma, que se llama San Pablo de la Moraleja.
Su iglesia fue construida de ladrillo a lo largo del siglo XX, ya que la iglesia que tuvo, actualmente a penas se conserva. Se trataba de la iglesia del Convento de San Pablo, perteneciente a la orden de las Carmelitas Descalzas desde el siglo XVII. El paso de los años destruyó lo que fue una bella construcción barroca que aún mantiene en pie una bella portada y los restos de los que fueron sus muros.
No convendría irse del municipio en que nos encontramos, sin antes visitar otro núcleo que hasta hace 20 años formaba el pueblo de Honquilana. Se encuentra al otro lado de la autovía y la emigración que la despobló primero, y el paso de los años han dejado huella en él. Nos detenemos en su iglesia, merecedora de un alto en el camino.
En cuanto a fiestas, no hay que pasar por alto las que de forma sonora se celebran el 16 de julio en honor de la Virgen del Carmen con toda clase de actividades para los más pequeños y verbenas. El 25 de enero, de forma más recogida, se celebra el día de San Pablo, donde de nuevo no falta la alegría y la diversión.